“Enamorados
De Lo Que Nos Hace Daño,
Soñando
Lo Que Nos Atormenta,
Reviviendo
El Valor Pasado.
La
Conclusión: Somos Unos Kamikazes
Que
Buscan La Muerte, Al Encontrarla,
Unos
Cobardes Que No Han Vivido”.
D.C.C.
Prólogo
Recuerdo la noche oscura, no había
luna. Los caminos de tierra que se dirigían al castillo solamente eran
iluminados por las hogueras, que poco a poco se consumían en grandes pedestales
de piedra tallada.
Recuerdo la noche fresca. La humedad
de la hierba ascendía hasta mi ventana, donde con la mirada perdida acababa uno
de esos puros que mi padre, el señor de Moonrye, guardaba tan celosamente bajo
siete llaves; uno de esos puros que mi madre rechazaba tan vorazmente pero que
le encantaba fumar cuando se hallaba sola en su cuarto, o paseando por los
jardines entre higueras y acebos, creyéndose aislada de sus hijos o los
criados. Besaban el suelo que pisaba, era su trabajo, al menos eso pregonaba
ella dando ejemplo de la hipocresía y el egocentrismo de la clase aristócrata
de la época.
Recuerdo precisamente el olor del
humo entrando por el ventanal al interior de mi habitación, mezclándose con el
aroma de la hierba cortada que tanto me gustaba. Adquirida esta costumbre, ya
no me imaginaba mis noches sin estos momentos de paz y reflexión en los que el
humo me envolvía. Esa noche, ni siquiera pensaba, la mente fugó de mí,
dejándome en un extraño trance en el que solo era capaz de sentir lo que me
rodeaba, en un trance en el que no era capaz ni de sentir la más mínima emoción,
como si fuese un cascarón vacío. Por fin.
En un momento mis dedos acariciaron
el corte de mi mejilla, recorriéndolo, limpio, recto, hecho por un cuchillo
normal y corriente, dirigido por quien es mejor no desobedecer. Mi mano bajó y
acto seguido mis dedos acariciaron la piedra incrustada en el amuleto que
descansaba sobre mi pecho, atado a mi cuello por un fino cordón oscuro, que
pendía cerca de mi corazón. Un amuleto plateado que representaba el sol siendo
cubierto por la gema, haciendo la función de luna llena, tapándolo,
ensombreciéndolo, callándolo, guardándolo de la vista para dejar paso a la
silueta de una luna menguante.
El tacto contra la piel era frío,
aun así mi rostro era sereno, apacible, incluso placentero cuando la maquinaria
pareció volver a su habitual cometido y los recuerdos bombardearon mi mente.
Recuerdos como la luz de sus ojos que brillaban en la noche, el sabor de sus
labios sobre los míos y la pasión del beso, la fuerza de sus brazos que me
aferraban a cada momento para evitar que de algún modo pudiera desvanecerme.
Sobre todo recuerdo el calor de su cuerpo al abrazarme mientras me recorría
cada centímetro de piel, haciéndome estremecer a cada segundo, en cada suspiro
al notar su aliento en mi cuello. Me atormentaron también los anhelos de una vida
lejos de allí, lejos de los títulos, de mi familia demente herida por el
capricho del destino, apartado de los criados y las frívolas fiestas; soñando
encontrar mi lugar, mi paraíso, encontrándome a mí…
La brisa repentina me despejó
ahuyentando los recuerdos durante un momento. Suficiente para que el odio, la
pesadez y la impotencia frente a un mundo que te supera, ocupara mi mente de
nuevo. Todo aquello que durante mi momento de paz me abandonaba volvió en un
segundo. No podía seguir así, debía hacer algo para cambiar, para acabar con
todas esas sensaciones y liberarme. Mi mirada vacía clavó su atención en el
horizonte, sobre la sombra de los árboles que delimitaban la finca. Los
pensamientos me abandonaron dejando mi cabeza en silencio una vez más.
Las estrellas titilaban sobre los
tejados del castillo. Un dragón dormido que descansaba con aspecto manso sobre
una llanura verde entre dos pequeños montes.
Recuerdo la noche oscura, no había
luna. Sobre la explanada que rodeaba a la mansión Moonrye, se oyó el disparo de
un revólver. Acababa de matar a la fuente de mi odio, la figura de mi opresor,
la raíz de mi miedo, sufrimiento y mis problemas. Acababa de matar a mi padre.
Muy bueno! Si cuelgas más capítulos no quiero perdérmelos!
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Acabo de subir el primer capítulo de la novela. espero que te guste ;)
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