miércoles, 9 de agosto de 2017

Gaia. 15 de Abril de 1720.

Esa mezcla de máxima euforia y punzante oscuridad. Sintiendo como cada una de ellas tira hacia su propio fin. Incapaz de dejarte llevar a un lado o a otro. Inmerso en ese extraño limbo, tan dividido, tan impotente, aterrado de perder la poca cordura que siento.
Cada uno de los pasos pasos dados no hace más que evocar los peldaños de mi vida a cada cual más oscuro que el anterior. Pero ¿de dónde viene esa felicidad sin razón que parece llegar en cuanto la pienso? Siento que dentro de una misma persona viven dos verdades que luchan por llegar a darme la luz. Una verdad se que me engaña y la otra no tengo ninguna prueba de que sea cierta. Aún así está última se ve brillante, nítida, con una razón y un fin más puro y sincero. Con la otra, son solo mentiras y más mentiras que cada vez están acabando más con nosotros y con lo que de verdad somos. ¿como puedes sentirte seguro si los que juran por tu bienestar son los que te traicionan día tras día?
Ni siquiera se si esto tiene una lógica o simplemente todo lo que tengo dentro está saliendo, mezclado sin orden ni concierto.
Aún así, intento dejarme llevar por esa calidez que noto dentro, que ni sabía que existía antes de conocer las dos verdades. Tal vez está dualidad, esta forma de ver una segunda opción llena de misterio, de posibilidades, de que no somos unos y otros sino un todo, este iluminando mi mente. Siento que se han abierto un sin fin de mundos aunque el fantasma de la locura está muy presente en esta verdad. Entonces, si nuestra mentira es verdad, la cordura y me hace sufrir, y la verdad es una loca mentira, una fantasía que me llena de esperanza, ¿Que hay de malo en estar loco?