miércoles, 10 de abril de 2019

9-4-2019

Ahora que los recuerdos vuelven, las sensaciones se agolpan. la semejanza de los sucesos en el tiempo brillan en una suerte de repetición que parece no tener fin. 

Atraemos los sucesos a nuestra vida, repitiendo los patrones. Como una broma del destino, un camino pautado que parece intentar revelar una gran verdad, una verdad escondida, oculta, agazapada en las sombras. 

Incomprensible excepto para el arquitecto divino, el cual mueve y manipula a nuestro alrededor. Tejiendo los hilos, dejando pistas de nuestro verdadero camino. Como un navegante siguiendo las estrellas del cielo, buscando su hogar, su tesoro.

En ocasiones parezco alumbrar una verdad entre todas las demás, que cuando percibo su presencia se agita y esconde a un más si cabe en el océano de lo desconocido.

Nos movemos manipulados, pensando lo gracioso del destino, reiterando trabas y comportamientos, sin llegar a saber que nosotros somos fruto de la divinidad, sin saber que con el simple conocimiento podemos cambiar los hechos y los actos en nuestra historia. Recuerden que nada está escrito, pues solo los hombres necesitan de la escritura, más no somos hombres sino dioses en potencia, la chispa de la divinidad.

domingo, 24 de febrero de 2019

No lo entiendo. Las dobles morales, las medias verdades, las historias que empiezan cuando deberían acabar. Apestan las emociones, chirrían las palabras, las sombras juegan tranquilamente entre los mares de los sentidos.

Contamos lo mas perverso, lo escandaloso, lo infame y lo transgresor. Atendemos a las reacciones y nos guardamos los detalles... ¿para que? ¿evitar dolor? ¿falta de interés? la necesidad de la superioridad moral que intrínsecamente se remueve en nuestro interior nos sujeta la lengua y nos aprieta el corazón, sin darnos cuenta que en lo mas interno de nuestras almas la comunicación no entiende de palabras, solo de sentimientos, de vibraciones y solo existen las "verdades".
Intenciones confusas, un medio a un fin.

Todo este tiempo se siente como una cuerda, para aferrarse y retorcer, para evitar caer... Las tornas han cambiado y a mi cuello se ha enredado "no importa lo que pase pues mi fin ya he logrado".

La necesidad de desahogarme, escribiendo puedo, que nadie se ofenda si mis palabras hirieron. Es todo teatro ni culpas, ni males sin juicios inciertos, el problema son las medias verdades.

El nudo se suelta ya puedo seguir, soy mi soga y mi cuchillo, mi luz y mi porvenir. Gracias.


24-2-2019 
I.V77